miércoles, 8 de diciembre de 2010

Te digo adiós



Castigaré tu ausencia con mi indiferencia
y procurare olvidar,
pero en el camino intentare discernir la mentira, de la verdad.

Y es que si aún quedaba algo que nos unía,
si aún había lazos que perduraban
ambos hemos visto como se hundían.

No culpes al tiempo,
no culpes a la distancia
porque todo se lo debemos a tú hipocresía y a tú falta de veracidad

Es duro, no lo niego,
es complejo eliminar tú nombre de mi historia
pero no queda más remedio que decirte adiós...

Esteé

domingo, 21 de noviembre de 2010

Retazos


Anhelando el sentimiento más complejo,
las palabras más selectas
y la mirada más sincera.


Anhelando la esencia del tiempo
y la sabia utopía del bello ensueño realizado...

Esteé

domingo, 14 de noviembre de 2010

Miedo

Pido asilo para resguardarme del miedo,
porque no hay cosa que tema más
que la ferocidad del propio miedo...

Esteé

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Hoy se


Hoy soy diferente:

Hoy se que no soy la misma persona que cuando empezaba a formar mi personalidad,
y hoy también se que la inocencia de esa personalidad se esfumo de forma prematura.

Hoy no se cuando tuve tiempo para las actividades propias de la infancia,
y hoy tampoco se quién hubiese sido de haber contado con la fortuna del disfrute de esos momentos.


Hoy se que he eliminado rencores y odios fundados en nada,
y hoy también se, que gracias a eso me siento más libre y menos pesada.

Hoy no se que me hubiesen deparado esos años sin la carga de esos sentimientos,
y hoy tampoco se que momentos me perdí por la sinrazón.


Hoy se que hay cosas que no podré perdonar y que no podré olvidar.
y hoy también se, que no pretendo hacerlo. (Recuerda el pasado para no repetirlo, pero no hasta tal punto que dificulte el ciclo normal de tú vida)

Hoy no se que se siente al vivir sin ese ayer,
y hoy tampoco se confiar a ojos ciegos, sin ver.


Hoy se que no soy la misma que cuando cambie de vida,
y hoy también se que no era yo la de antes del cambio.

Hoy no se porque no fui capaz de darme cuenta de cuanto me estaba equivocando,
y hoy tampoco se, porque no supe reorientar a tiempo mi dirección.


Hoy se que daré con fuerza cada uno de mis pasos,
y hoy también se, que ando caminos en busca de sueños que pretendo lograr

Hoy no se tantas cosas,
y hoy me quedan tantas cosas por ver y aprender,
pero hoy tengo tantas ganas de verlas y aprenderlas,
muchas más que ayer, pero siempre mucho menos que mañana...

Esteé

sábado, 6 de noviembre de 2010

Me estaba recordando


Me estaba recordando. Viendo en el pasado, rememorando mis caídas y los más dolorosos golpes.

Estuve recordándome como fui, como alguien que nunca desee ser, viendo a otra persona que simulaba en los pequeños detalles ser yo. Estaba viendo el mundo de una persona sin luz, sin días y sin despertares, un mundo en el que no existían mis sonrisas porque ni tan siquiera había aprendido como hacerlo. Era una vida en blanco y negro repleta de sombras que me envolvían y eclipsaban cada uno de mis movimientos, dejándome inmóvil siempre en el mismo lugar, mientras todo a mi alrededor sucedía a cámara lenta. La gente pasaba junto a mi mirándome sonrientes, sin reparar en los evidentes daños que reflejaba mi mirada.

Intentaba rememorar a toda costa momentos de felicidad,momentos en los que mi rostro tuviese otro matiz diferente y propio, pero solo pude recordarme sufriendo. Solo pude recordarme llorando en cada esquina que me ofrecía refugio de las miradas indiscretas de los curiosos sin otra motivación, pude recordarme furiosa, llena de ira y rabia acumulada, sin otro objetivo que la venganza.

Me estaba recordando y me dolía. Me corte las alas y deje de volar, deje de soñar y de ilusionarme, me abandone.

Pude descubrirme acurrucada en el suelo de mi habitación,con la mirada perdida, las ilusiones y esperanzas frustradas y el tiempo perdido. Pude verme perdida, formulándome miles de preguntas sin encontrarles una respuesta, sin saber quien era yo, ni porque no existía. Había perdido mi identidad o más bien me había sido usurpada, arrebatada para mayor comodidad de quién así lo esperaba.
Ya no me reconocía, ya no me reconocían, ya no era yo.

Me estaba viendo caer una y otra vez,sin cesar, sin piedad, sin descanso, al limite de mis fuerzas, pero siempre levantándome. Estaba consumida, hundida en la amargura y la desesperanza, con grandes heridas abiertas, sangrantes y sin pronostico de curación.

Volví a ser yo misma, aprendí a sonreír, comencé a responderme cuestiones pendientes, a ilusionarme, a proponerme metas, me permití soñar.

Devolví las alas a su lugar y recobre mi libertad perdida: Vuelo libre...

Esteé

domingo, 31 de octubre de 2010

No hay explicación


No sé explicarlo.

Hay cosas en esta vida que no son explicables, narrables y que no pueden expresarse ni con el uso del más sofisticado de los lenguajes.

Hay cosas que escapan a nuestro entendimiento: algunas ansiamos comprenderlas y otras en cambio, preferimos pasarlas por alto y ni siquiera llegar al más superfluo conocimiento sobre ellas.

En ocasiones, se trata de sensaciones, de sentimientos o tan solo de intuiciones. Simplemente, no sabemos que es, no sabemos como llego al lugar en el que se encuentra, el porqué, para qué, cuándo ocurrió, dónde y mucho menos conocemos la duración de su permanencia. Pero están ahí.

Es tan complejo el sentido de las cosas, se vislumbra tan inalcanzable y lo peor tan cambiante. Perseguimos la verdad, ansiamos conocerla y saber todo acerca de ella,pero ¿y si no hay una verdad universal? Si la verdad es relativa a cada uno de nosotros/as, y es tan subjetiva y tan particular como lo es cada uno de los seres humanos que habita este planeta. Es tan cierto para unos, como falso para otros.


Cuantas dudas, cuantas, incógnitas, cuantos caminos a elegir, cuantas verdades por discernir y cuantas mentiras por descubrir. Comenzaremos dando un primer paso que quién sabe a que puerto nos llevara. Seguiremos luchando, ilusionandonos y decepcionandos en la búsqueda de nuestras verdades, pero aún así lo más importante es que nos armaremos de valor ycomenzaremos un nuevo camino con un primer paso...

Esteé

sábado, 23 de octubre de 2010

Ayer

Puede el destino dejarse ver,
para confundir el pasado que ya se fue,
trayendo el olvido que ya no lo es
a mi mente perturbada por el ayer...

Esteé

viernes, 22 de octubre de 2010

Caminos


Caminos de esperanza
recorro con brío,
temblando de frío
ante el tiempo que pasa...

Esteé

miércoles, 13 de octubre de 2010

Inacabado

Cuantas dudas despiertas
y cuantas respuestas evado;
con cuanta intensidad te añoraba
y con cuanta lo hago...

Esteé

martes, 21 de septiembre de 2010

Gritos ahogados

En este mismo instante me asaltan miles de dudas acerca de si mi conciencia, mi sentido común, mi capacidad de raciocinio, mi lógica y mi propia personalidad me permitirán seguir caminando por un mundo que parece, va perdiendo todas estas características a través de las acciones de "gente" deshumanizada y cuyos valores y principios morales no merecen, ni tan siquiera, recibir dicho nombre.

Aptitudes tan necesarias como la buena voluntad, la solidaridad, la comprensión, el compañerismo van perdiendo protagonismo a favor del egoísmo supino, las malas intenciones, la incomprensión y un intenso egocentrismo. Va ganando la critica malintencionada hacia el prójimo, el rostro afable cuando éste mira y la risa malvada cuando se cansa de observar.

Que necesidad la de algunos de entrometerse en los asuntos que no les competen, introduciendo una mano negra en las decisiones ajenas y condicionándolas, porque la seguridad de algunos se tambalea bajo la mano de éstos y es entonces cuando la decisión cede a la presión.
No ceden ni un solo segundo para la realización de sus propósitos: por ello, sin demora, acechan la oportunidad y rondan el momento, para dejar caer su verborrea cerca de aquellos que quisieran no estar cerca de la sarta de insensateces e incoherencias, cargadas del veneno que destila cada una de las frases pronunciadas por sus labios.

Parecen estar cargados de razones, parecen decir mucho, parecen, pero solo eso: lo parecen. No son razones lo que poseen, sino una intensa sed que nunca se sacia, de marcar la diferencia a través del adorno de los sucesos o el maquillaje de las realidades.

¿Dónde se encuentra el inicio de todo esto: en el pensamiento o en la acción? ¿En su hacer o en nuestra pasividad? En mi opinión es su pensamiento el fundamento de todas esas acciones, y cierto es que, nuestra pasividad no contribuye a que cesen ni a que se detenga esa espiral de "verdades relativas" y mucho menos a evitar que nos convirtamos en quienes nunca quisimos ser.


Por todo ello, a veces me encuentro entre gritos ahogados en la soledad, entre palabras contenidas, y discursos y argumentos cargados de sentido y de sentimiento por mi parte. Gritos ahogados que se quedan en mi garganta y poco a poco van descendiendo hasta convertirse en un nudo de rabia e ira contenidas cada vez más apreciable en mi estomago.

Un número considerable de reflexiones, de criticas, de desilusiones expresadas por el don de la palabra y otros tantos que quedan en gritos ahogados, en simples reflexiones internas. Cuantas cosas quedan aún por decir, cuantas cosas por aclarar, y cuantas otras por demostrar.

Me queda el consuelo y la tranquilidad de que la mentira no perdura eternamente, de que los descubrimientos pueden ser reveladores y de que nuestros gritos ahogados un día serán escuchados...

Esteé

viernes, 10 de septiembre de 2010

Caos

Sonó el despertador a penas un par de horas más tarde de haberme reconciliado con el sueño, aplazado éste, por un torrente de dudas e inquietudes, a las que de momento, no encontraba respuesta. Había llegado el momento de abrir de nuevo los ojos a pesar del intenso deseo de guarecerme de las preguntas, el sueño, las ilusiones, el miedo y el frío bajo las mantas.
Tumbada boca arriba en mi cama y con la mirada fija en el techo de mi habitación, intento evitar los pensamientos y los sentimientos dañinos que revolotean en mi mente, centrándome en los detalles más insignificantes de todo aquello que me rodea.

Es el inicio de un nuevo día sin grandes expectativas, un día en el que las escasas esperanzas se ven mermadas y el ánimo abatido. Este sentimiento aumenta por momentos y llega a su máximo auge, en el momento en que, ya sentada sobre la cama, decido apartar las cortinas de un azul intenso, para dar pie a que la habitación se vea inundada del tono grisáceo de un día sin sol y con una densa niebla.

Doy los primeros pasos del día y sigo sumida en la agonía. Me ahogo entre mis penas y entre el intenso y continuado flujo de ideas, pensamientos y locuras. Centro toda mi atención en mi capacidad de observación, la cual se ve limitada por todo lo anterior y por los intentos del exterior de disfrazar su verdadero color.
Al igual que la ciudad se pierde en la niebla, las personas continuamente se esfuerzan por esconder lo qué son, cómo son y quiénes son. Se trata de la perfecta máscara diseñada para el engaño, se trata de sus rostros con expresiones ajenas, que no les pertenecen, usurpadas y utilizadas para la patraña.

Y de este modo se siembra el caos por dónde quiera que pasen:

Ellos preocupados de que no se caiga la máscara, de mantener la postura y de maquillar cada frase con los matices adecuados para la ocasión
Atentos a cuanto digo y a cuanto hago, dispuestos a abalanzarse sobre mi para que perdure su imagen pública, su boceto de ellos mismos con líneas irregulares y para ocultar su fuerte egocentrismo al que le es indiferente lo demás.

Por mi parte, siempre alerta: atenta a cada imagen, a cada sonido, a cada contacto para que el tacto, el oído y la vista me revelen y desenmascaren cada engaño. Dispuesta a acabar con las simulaciones de lo socialmente aceptable, llevadas a cabo por una sociedad agotada de fingir ser quienes no son.

Crece el caos en mi interior, la inseguridad de topar con la mentira que eclipsa a la verdad, mientras distintas voces de mi misma conciencia se debaten entre lo activo y lo pasivo, entre la lucha o la indiferencia.
Pero una no es rival para la otra, no ofrece batalla y por ello voy a cara descubierta, sonriendo cuando lo siento e inexpresiva cuando lo requiero.

No me envuelve la niebla y aunque es difícil apaciguar el caos interno se quien soy y no agoto hasta el último de mis esfuerzos en aparentar ser quien no soy...

Esteé

domingo, 1 de agosto de 2010

Huellas sobre la arena

Andaba sin rumbo, sin saber muy bien a dónde me dirigía, ni que estaba buscando, simplemente necesitaba una vía de escape. Todo a mi alrededor parecía borroso, confuso, poco definido, quizá porque no prestaba la suficiente atención o porque tenía sensación de gran soledad.
Vagaba por las calles con la esperanza de encontrar algo que cambiase las sensaciones y sentimientos que me embargaban. No quería pensar, no deseaba traer a mi mente recuerdos que aumentarían los sentimientos por lo que ahora me veía colapsada: tristeza, melancolía y desesperanza. Estaba huyendo estaba haciendo lo que siempre me dije que no haría, pero no soportaba sentarme a esperar, es más, no quería hacerlo.
Quería creer que con cada paso que daba, no sólo estaba un paso más lejos de mi casa, sino un paso más lejos de mis problemas y de lo que no quería evocar.

Seguía caminando, y de repente sentía la necesidad de mirar a mi alrededor y de fijarme en todo aquello que iba dejando atrás, todo ello con la esperanza de mantener a raya las cuestiones a solucionar. Sabía que tendría que pararme a tomar decisiones, a sopesar, pero por esta vez prefería retrasar el momento cuanto fuese posible, para de este modo encontrarme más preparada para afrontarlo.
Me quede observando a un hombre sentado sobre un banco de madera orientado hacia el paseo marítimo, un hombre con la mirada perdida y que parecía sumergido en sus propios pensamientos y en sus dilemas. Cuando pasaba a su lado levanto la mirada y me observo fijamente, al instante me sonrió. Yo sin saber porqué hice lo mismo, le respondí con otra sonrisa y ahora me preguntó o más bien tengo la certeza, de que ese hombre vio en mi rostro lo mismo que yo vislumbre en el suyo: preocupación.

Cuando quise darme cuenta estaba junto a la playa y decidí bajar para caminar un rato por la arena. Era agradable la sensación de caminar sobre la arena mojada por las olas que rompen en la orilla. Durante un rato me olvide de todo y solo me concentre en el agua helada que mojaba mis pies y en como éstos iban dejando un surco en la arena, a medida que iba perdiendo de vista el lugar por el cual había descendido a la playa. Marcaban mi camino, el que había seguido para llegar hasta la posición en la playa en la que ahora me encontraba. Sin embargo, ese rastro desaparecería progresivamente a causa de la subida de la marea.
Se me hizo difícil no encontrar un símil a este hecho y me pregunte, si mi paso por este mundo y por la vida de todas las personas que me conocen o me conocieron desaparecerá como las huellas de mis pies sobre la arena. Deseaba con todas mis fuerzas que no fuese así.

Pensé que ya había llegado el momento de detenerme a pensar, de modo que tome asiento en la arena mirando al mar. No había gente caminando por la playa, solo un par de chicas sentadas a varios metros de dónde yo me encontraba que charlaban animadamente entre ellas.
Todo estaba en calma, se oían los coches circular un poco más arriba, en la carretera y el romper de las olas sobre las rocas que se situaban a ambos lados de la playa. Atenta a lo que había a mi alrededor y decidida a pensar en lo que me había llevado hasta allí, me hice las preguntas más importantes y que probablemente debería haberme formulado con anterioridad: ¿Merece la pena el motivo? ¿Es razón suficiente para hacerme pensar? ¿Para preocuparme o hacerme sentir mal? Decidí que no. No debía dedicarle mi tiempo, ni espacio en mi mente, debía apartarlo y continuar, aunque ello no significaba que estuviese menos inquieta.

Tras esta experiencia que ocurrió hace ahora seis años, hoy procuro no mirar al pasado y no rememorar motivos de tristeza o de preocupación. Soy más consciente de que ese día no había nada que pensar o por lo que debiese debatirme, no había que apenarse por cosas que quedaron atrás -aunque es inevitable que en ocasiones se asomen a nuestra memoria para hacer una visita; a veces deseada y otras no tanto.
Pero en esta situación puedo dejar volar mi imaginación para abstraerme de la mención del pasado. Me proporciona un lugar especial y por supuesto, deseado y anhelado. Un lugar en el que las huellas de mis pisadas sobre la arena no desaparecen.

Dejaré mis huellas bien marcadas sobre las arenas que transite...

Esteé

sábado, 24 de julio de 2010

Hablemos del ahora:

Las cosas cambian tan rápido que a veces no se es consciente de que éste existe hasta que a transcurrido un período de tiempo.
Aún así soy de las personas que piensan, quizá por la desconfianza que la vida ha fundado en mi, que no hay que acomodarse al momento que resulta del cambio, porque tan rápido como llega puede irse.

Pero hablemos del ahora:

¿Nunca os habéis visto en la situación de luchar y persistir por lograr una meta, que tras ser alcanzada os da pavor realizar o llevar a cabo? Ahora yo me veo en esta situación.

Se me plantean miles de dudas, a las que ahora mismo no se si soy capaz de dar respuesta. Supongo que no debo adelantar acontecimientos, ni hacer suposiciones previas a que llegue el momento. Debo vivir cada instante y no esperar el siguiente, aunque esa situación sea una certeza futura.
A pesar de esto se hace difícil no pensar en como será, en como transcurrirá, en cómo lo voy a afrontar y cómo actuaré ante lo desconocido.
Es un reto, un gran reto que merece respeto y que debo afrontar con toda la motivación y con todas las ganas posibles. Desde luego no será fácil, pero ¿Qué lo es en esta vida? Pretendo crecer, aprender y avanzar como persona y adquirir experiencias siempre ayuda.

Hablemos del ahora:

Hoy mismo seré oficialmente madrina de un precioso niño que ha robado el corazón de todos aquellos que están a su alrededor.

Cuando su madre me comunico que estaba embaraza, no podía creerlo, de hecho le hice repetírmelo unas diez veces hasta que lo concebí como cierto. El momento de su nacimiento, por mucho que pasaban los meses y se acercaba la fecha prevista, parecía estar siempre muy lejos de suceder. Sin embargo, ya lleva entre nosotros cinco meses que en pocos días se convertirán en seis, y ahora soy incapaz de concebir una vida en la que él no este. En la que no le vea sonreír, toser, comer, dormir o incluso tirarme del pelo con esas pequeñas y adorables manitas y con esos ojos que no transmiten ninguna maldad, sino todo lo contrario.

Desde ese 9 de Febrero de 2010, sabe que me tendrá a su lado y que podrá contar conmigo y ahora, voy a convertirme en su madrina, y lo cierto es que no podría estar más orgullosa de ello.


Pero continuemos hablando del ahora:

Ahora. Ahora me siento confusa y dubitativa por tantas cosas que observo y que tengo a mi alrededor. Tomo decisiones y las sigo, pero sé que esta acción es una de las más difíciles y complicadas para un ser humano. Y es que el tomar decisiones, supone sopesar las consecuencias de las mismas, que supondrán, que efecto tendrán, etc.

Sin embargo, lo más complicado quizá sea afrontar lo que acontezca a consecuencia de las mismas. Creo que nunca se esta lo suficientemente preparado para ello, sobre todo si lo que se debe afrontar es que la decisión tomada no es la adecuada y que rechazaste la correcta, y sobre todo que puede que sea demasiado tarde (aunque me gusta pensar que todo tiene solución).

Ahora y más que nunca es el momento de tomar decisiones, tomar consciencia, de ser consciente, y lo más relevante y también lo más arduo, hacerlo por mi misma.

Hablemos del ahora:

De la inseguridad que produce las situaciones y los acontecimientos desconocidos y al mismo tiempo novedosos. De la necesidad de que en nuestras vidas haya cambios, novedades, descubrimientos que alimenten nuestras mentes y nuestras almas, y que a su vez generan la incertidumbre y la emoción que todo ser humano necesita y anhela.


Ahora confirmo que es necesario un cierto grado de locura en mi vida para disfrutarla y aprovecharla al máximo.

He hablado del ahora y es que me he dado cuenta que necesito vivir el momento (carpe diem), dejar atrás el pasado y no anticipar el futuro...

Esteé

domingo, 4 de abril de 2010

Cambios de aires

Desde el mismo punto voy observando como las cosas cambian a mi alrededor, como mejoran, empeoran y vuelven a mejorar más tarde, porque se dice que tras la tempestad viene la calma y que después de algo malo llega algo mucho mejor.
Pero en este momento, en este lugar siento que sigo en el mismo punto, que no avanzo y ni si quiera se si estoy haciendo por intentarlo, si lo quiero de verdad o lo pretendo tan solo.

Cuando cambian los aires a mi alrededor, en mi entorno, me pregunto por qué no lo hacen para mi y lo cierto es que me lamento, me atormento y no lo comprendo. Se que todo sigue su curso, que las cosas deben cambiar, se que no quiero la monotonía y el estancamiento, que no deseo la mediocridad, pero no se si eso importa o cuenta, si se valora, si cuenta el esfuerzo, la voluntariedad y las ganas o es el puro destino que gira hacia dónde quiere sin más.

Es por ello que me pregunto ¿Por qué me limito a observar? ¿Por qué no paso a actuar? Y es entonces cuando me doy cuenta que observar es más seguro, que no supone arriesgar y que mientras veo la acción, las causas y consecuencias, no formo parte del riesgo de la interacción. El actuar supone cambios y no estoy segura de estar preparada para cambiar, para dejar la seguridad del momento que no me aporta nada especial, que no me emociona, que no me hace especialmente feliz, pero tampoco supone sufrir.

No se lo que espero, o si estoy esperando, no se si es porque no lo intento o porque no llego el momento. Lo peor del momento es la incertidumbre del paso del tiempo. Si ese tiempo servirá para crecer, avanzar y dejar de temer el porvenir, o si seguiré siendo como un sol entorno al cual gira incesante el mundo.

En ocasiones me planteó, si realmente estoy esperando a que el cambio me venga a buscar, si espero que el mundo se detenga por mi, si aún soy tan ilusa para pensar que un día una nueva vida, de deseos cumplidos, emocionante y feliz, llamará a mi puerta para cambiar todo aquello de lo que me quejo, pero no hago nada por modificar.


Necesito un cambio de aires, necesito comenzar a andar sin pararme a pensar en los riesgos, consecuencias o el resultado final. Pero aún hay más, y tras parar a leer la frase anterior, me he dado cuenta que utilizo la palabra riesgo, como sinónimo de consecuencias o de resultado final. ¿Es curioso? ¿Por qué? Estoy suponiendo que todo cambio me supondrá un riesgo, que toda consecuencia será arriesgada y que todo resultado final será negativo.

¿Es necesario tantas suposiciones? Es necesario actuar, porque el que no arriesga no gana, pero... pero tampoco pierde. Porque me dedico a escuchar a todo el que lo necesita y a aconsejar cuando me lo piden, pero, sin embargo, no soy capaz de aplicarme lo que yo misma considero como adecuado.

En el momento en que cambiaron los aires para traerme hasta aquí, deduje que esa nueva forma, esa nueva esencia y ese nuevo momento era el ideal, ya que había sido éste el que me había retirado del ámbito que tanto sufría. Supuse que el mantener ese nuevo momento me liberaría de todo lo demás y dejaría atrás el pasado. Sin embargo, el mantener ese momento también me libera del futuro, porque no dejo que llegue, no lo dejo avanzar, lo alejo de mi para que no me llegue a dañar.

Quiero un cambio de aires, pero aún más importante deseo querer un cambio de aires..

Esteé

lunes, 15 de febrero de 2010

Fue en el instante en que:

Llegaste en el instante justo, en el momento preciso, en el segundo exacto para salvarme de la caída y para ayudarme a recapacitar y cambiar las verdades ciertas en el momento, pasando a ser estas últimas simples acontecimientos superfluos e insignificantes que pierden veracidad y relevancia.

Fue en el instante en que te vi, cuando me di cuenta de que no estaba viendo lo realmente importante y que estaba concediendo un valor excesivo a determinados aspectos, a pesar de que en un momento anterior aprendí que no debía hacerlo. Y es que te vi y me embargaron unas ganas enormes de llorar, pero llorar de felicidad. Todo se volvía tan simple a tú lado, todo quedaba reducido a minucias, a insignificancias y pasabas a ser un TODO, pasabas a ser ÚNICO e IRREEMPLAZABLE.

Fue en el instante en que vi tus ojos, cuando me di cuenta de que merecía la pena no rendirse y avanzar, que merece la pena todo sacrificio por ver el deseo hecho realidad de verte sonreír cada día, de tener la certeza de tú felicidad y saber que tú camino es y será lo más fácil de transitar.

Fue en el instante en que me di cuenta de como un único hecho puede cambiar radicalmente, y en tan solo unos minutos, la percepción que durante años construí acerca de todo lo que me rodea. Fue cuando me di cuenta de que tantas otras cosas quedan relegadas a un segundo plano, porque tu cobras el protagonismo en muchos corazones.

Fue ese instante el que me da motivos para sonreír, para levantarme pensando en que existe alguien tan puro, inocente y sin maldad por el que merece la pena despertar.

Aunque continuo desorientada, algo perdida, bastante frustrada y confusa, el instante supuso un vuelco de mi vida, un cambio de mis ideas y pensamientos y un gran intruso en mis sentimientos que cobra aún más protagonismo por momentos, colándose incluso en mis sueños.

Fue ese instante que siempre me pareció tan lejano, tan distante, cuando por fin me di cuenta de que ya estabas aquí, que habías llegado a mi vida y que lo habías hecho para cambiarla y para darle otro sentido, quizá otro rumbo u otro camino.

Ese instante, que constituyo a penas unos segundos, fue suficiente para convertirte en parte indispensable y esencial de mi vida, fue suficiente para no imaginar mi vida sin ti, fue suficiente para colarte en mi vida y suficiente para empezar y continuar queriéndote.

Fue el instante en que te vi sonreír cuando me percate de que tan sólo eso era suficiente para que yo también lo hiciese contigo y cuando me di cuenta de que no quiero pasar un día sin verte.

Son los instantes que paso contigo los que espero cada día y los que me hacen olvidarme de todo lo demás, porque cuando te miro y veo tanta paz y tranquilidad, tanta inocencia e ingenuidad casi todo lo demás se convierte en nada. Ahora, en este instante ya estas aquí y lo cierto es que te quiero muchísimo.

Esteé

jueves, 4 de febrero de 2010

Recovecos

Ahora empieza un tiempo aparte, un tiempo muerto, un nuevo comienzo, un nuevo final, el principio de una etapa y el final de otra. Resulta difícil mirar hacia delante e igualmente dejar de mirar atrás y es que quedan muchas cosas por afrontar y también muchas cosas que quisiera olvidar.

En recovecos de mi misma voy encontrando aspectos extraños, cosas que no conocía, facetas distintas, voy aprendiendo, voy avanzando haciendo cosas que nunca antes hubiese hecho y dejando de hacer otras que nunca hubiese dejado de hacer.

Deje de preveer cada milímetro del día siguiente y del siguiente y también del siguiente, aprendí lo valioso del momento, lo relevante de lo nuevo y lo aburrido de lo establecido, de lo que preparaba. Ahora dedico parte de mi tiempo a observar, a prestar atención a lo que pasa a mi alrededor y a descubrir aspectos que desconocía, no solo de mi misma, si no de mi entorno y de los demás.


Observe muchas cosas: algunas me maravillaron y fascinaron, y otras en cambio, fueron mi desencanto, mi desencuentro, mi decepción y mi desilusión. Me di cuenta que el centro del universo de muchas personas son ellas mismas y su estabilidad, que no existe nadie más, ni tampoco otras preocupaciones o problemas que no sean las suyas propias.

En recovecos de este mundo en el que me muevo, confirme su injusticia, y es que nada en esta vida es objetivo, y no lo es, porque las personas que realizan esos actos tampoco lo son. Somos seres humanos, con nuestras preferencias, nuestros gustos, nuestras manías y nuestras debilidades y todo eso se convierte en favoritismos.

A medida que descubres este tipo de cosas el desencanto se generaliza y pierdes las ganas de seguir descubriendo, empiezan los planteamiento, las ideas absurdas y abstractas y otras que no lo son tanto. A partir de estas ideas, y en otros recovecos de mi misma voy descubriendo dudas, y se despierta en mi la incertidumbre ante el futuro.

Dudas que me inquietan, porque como leí hace poco ninguna opción es totalmente positiva y tampoco la opción rechazada es totalmente negativa. Y comienzo a pensar, a dar vueltas a lo mismo, a rondar la misma idea, las mismas opciones, a pensar como puedo solucionar lo pasado, cuando la verdad es que lo pasado pasado esta, y no se puede borrar. Me pierdo entre estos pensamientos, se me va el tiempo, se van las ganas y la ilusión, y al final continuo en lo mismo por no encontrar el primer paso de un nuevo camino que signifique la verdad y la novedad.

Y desvarío, me vuelvo soñadora, imaginativa, me convierto en fantasiosa para escapar de las inquietudes y las dudas, de los problemas y absurdos, porque finalmente los absurdos cobran sentido y se convierten en un problema más añadido a los anteriores.


Me vuelvo insegura de la seguridad de las palabras que vuelan con el viento; sinsentido que cobra sentido con el paso del tiempo. Porque hay momentos en que todo lo dicho queda en el olvido, se elimina, se empieza de nuevo abandonando los recuerdos, pero en ti esta el saber que lo que dijiste en verdad existió y formo parte de un momento de tú vida.

¿Qué pasa si lo único que tenías seguro en tu vida, empieza a convertirse en una incógnita, en una duda o en una preocupación? Se ha convertido para mi en algo borroso, ahora no se que rumbo debo tomar, no se que es lo mejor, sólo se la rabia e impotencia que siento y que no me voy a rendir, no me daré por vencida.

Voy buscando en recovecos de mi historia aspectos que me puedan servir, recuerdos que me hagan seguir y me den ánimos para saber que lo de ahora merece la pena, que todo tiene su recompensa y que lo mejor aún esta por llegar, porque en los más reconditos recovecos de uno mismo se hayan la paz y la tranquilidad, pero sobre todo la seguridad y las fuerzas...

Esteé