lunes, 15 de febrero de 2010

Fue en el instante en que:

Llegaste en el instante justo, en el momento preciso, en el segundo exacto para salvarme de la caída y para ayudarme a recapacitar y cambiar las verdades ciertas en el momento, pasando a ser estas últimas simples acontecimientos superfluos e insignificantes que pierden veracidad y relevancia.

Fue en el instante en que te vi, cuando me di cuenta de que no estaba viendo lo realmente importante y que estaba concediendo un valor excesivo a determinados aspectos, a pesar de que en un momento anterior aprendí que no debía hacerlo. Y es que te vi y me embargaron unas ganas enormes de llorar, pero llorar de felicidad. Todo se volvía tan simple a tú lado, todo quedaba reducido a minucias, a insignificancias y pasabas a ser un TODO, pasabas a ser ÚNICO e IRREEMPLAZABLE.

Fue en el instante en que vi tus ojos, cuando me di cuenta de que merecía la pena no rendirse y avanzar, que merece la pena todo sacrificio por ver el deseo hecho realidad de verte sonreír cada día, de tener la certeza de tú felicidad y saber que tú camino es y será lo más fácil de transitar.

Fue en el instante en que me di cuenta de como un único hecho puede cambiar radicalmente, y en tan solo unos minutos, la percepción que durante años construí acerca de todo lo que me rodea. Fue cuando me di cuenta de que tantas otras cosas quedan relegadas a un segundo plano, porque tu cobras el protagonismo en muchos corazones.

Fue ese instante el que me da motivos para sonreír, para levantarme pensando en que existe alguien tan puro, inocente y sin maldad por el que merece la pena despertar.

Aunque continuo desorientada, algo perdida, bastante frustrada y confusa, el instante supuso un vuelco de mi vida, un cambio de mis ideas y pensamientos y un gran intruso en mis sentimientos que cobra aún más protagonismo por momentos, colándose incluso en mis sueños.

Fue ese instante que siempre me pareció tan lejano, tan distante, cuando por fin me di cuenta de que ya estabas aquí, que habías llegado a mi vida y que lo habías hecho para cambiarla y para darle otro sentido, quizá otro rumbo u otro camino.

Ese instante, que constituyo a penas unos segundos, fue suficiente para convertirte en parte indispensable y esencial de mi vida, fue suficiente para no imaginar mi vida sin ti, fue suficiente para colarte en mi vida y suficiente para empezar y continuar queriéndote.

Fue el instante en que te vi sonreír cuando me percate de que tan sólo eso era suficiente para que yo también lo hiciese contigo y cuando me di cuenta de que no quiero pasar un día sin verte.

Son los instantes que paso contigo los que espero cada día y los que me hacen olvidarme de todo lo demás, porque cuando te miro y veo tanta paz y tranquilidad, tanta inocencia e ingenuidad casi todo lo demás se convierte en nada. Ahora, en este instante ya estas aquí y lo cierto es que te quiero muchísimo.

Esteé

jueves, 4 de febrero de 2010

Recovecos

Ahora empieza un tiempo aparte, un tiempo muerto, un nuevo comienzo, un nuevo final, el principio de una etapa y el final de otra. Resulta difícil mirar hacia delante e igualmente dejar de mirar atrás y es que quedan muchas cosas por afrontar y también muchas cosas que quisiera olvidar.

En recovecos de mi misma voy encontrando aspectos extraños, cosas que no conocía, facetas distintas, voy aprendiendo, voy avanzando haciendo cosas que nunca antes hubiese hecho y dejando de hacer otras que nunca hubiese dejado de hacer.

Deje de preveer cada milímetro del día siguiente y del siguiente y también del siguiente, aprendí lo valioso del momento, lo relevante de lo nuevo y lo aburrido de lo establecido, de lo que preparaba. Ahora dedico parte de mi tiempo a observar, a prestar atención a lo que pasa a mi alrededor y a descubrir aspectos que desconocía, no solo de mi misma, si no de mi entorno y de los demás.


Observe muchas cosas: algunas me maravillaron y fascinaron, y otras en cambio, fueron mi desencanto, mi desencuentro, mi decepción y mi desilusión. Me di cuenta que el centro del universo de muchas personas son ellas mismas y su estabilidad, que no existe nadie más, ni tampoco otras preocupaciones o problemas que no sean las suyas propias.

En recovecos de este mundo en el que me muevo, confirme su injusticia, y es que nada en esta vida es objetivo, y no lo es, porque las personas que realizan esos actos tampoco lo son. Somos seres humanos, con nuestras preferencias, nuestros gustos, nuestras manías y nuestras debilidades y todo eso se convierte en favoritismos.

A medida que descubres este tipo de cosas el desencanto se generaliza y pierdes las ganas de seguir descubriendo, empiezan los planteamiento, las ideas absurdas y abstractas y otras que no lo son tanto. A partir de estas ideas, y en otros recovecos de mi misma voy descubriendo dudas, y se despierta en mi la incertidumbre ante el futuro.

Dudas que me inquietan, porque como leí hace poco ninguna opción es totalmente positiva y tampoco la opción rechazada es totalmente negativa. Y comienzo a pensar, a dar vueltas a lo mismo, a rondar la misma idea, las mismas opciones, a pensar como puedo solucionar lo pasado, cuando la verdad es que lo pasado pasado esta, y no se puede borrar. Me pierdo entre estos pensamientos, se me va el tiempo, se van las ganas y la ilusión, y al final continuo en lo mismo por no encontrar el primer paso de un nuevo camino que signifique la verdad y la novedad.

Y desvarío, me vuelvo soñadora, imaginativa, me convierto en fantasiosa para escapar de las inquietudes y las dudas, de los problemas y absurdos, porque finalmente los absurdos cobran sentido y se convierten en un problema más añadido a los anteriores.


Me vuelvo insegura de la seguridad de las palabras que vuelan con el viento; sinsentido que cobra sentido con el paso del tiempo. Porque hay momentos en que todo lo dicho queda en el olvido, se elimina, se empieza de nuevo abandonando los recuerdos, pero en ti esta el saber que lo que dijiste en verdad existió y formo parte de un momento de tú vida.

¿Qué pasa si lo único que tenías seguro en tu vida, empieza a convertirse en una incógnita, en una duda o en una preocupación? Se ha convertido para mi en algo borroso, ahora no se que rumbo debo tomar, no se que es lo mejor, sólo se la rabia e impotencia que siento y que no me voy a rendir, no me daré por vencida.

Voy buscando en recovecos de mi historia aspectos que me puedan servir, recuerdos que me hagan seguir y me den ánimos para saber que lo de ahora merece la pena, que todo tiene su recompensa y que lo mejor aún esta por llegar, porque en los más reconditos recovecos de uno mismo se hayan la paz y la tranquilidad, pero sobre todo la seguridad y las fuerzas...

Esteé